Siempre tuvimos la receta adecuada,
pero fuimos incapaces de
cocinar.
Yo con la dosis de ron
tú con la paciencia imperial
Llevabas los tiempos de cocción
Pero a la hora de la verdad siempre me faltaban huevos y,
cuando había,
nunca era padre para comérmelos
Solo doy cucharadas de aceite
algunas veces de agua
Pero siempre quedas tú por encima
Porque lo mereces, porque nunca sé cómo hacerlo
Y, sin embargo,
sonríes y me dices con tanta delicadeza
Tranquilo,
siempre podemos pedir unas pizzas,
Y, entonces,
el mundo entero
parece que tenga solución,
haces que todo sea fácil
Que de verdad valga la pena
Pero termino perdiéndome entre los ingredientes esenciales
Tú con el azúcar, tan dulce como siempre
Yo sin remedio
Echándole sal al café
Y vuelves a sonreír
vamos, me dices,
olvídate del café que no podrás dormir
Y me acuesto entre tus brazos
Y sueño que nunca es tarde para aprender a cocinar
Nunca es tarde :)
ResponderEliminar