jueves, 4 de octubre de 2012

Artista, siempre artista


A menudo te recuerdo
y deseo ser como el humo del cigarro que sale de mis labios.
Enderezar el rumbo hacia las nubes,
con paso suave pero decidido.
Dejar a mi paso una vista cada vez más diminuta de lo que un día fue mi mundo
y flotar hacia el tuyo.
Como tú tuviste que hacer una vez.
Y, entonces, desaparecer

Encontrarte entre los demás,
rodeado de risas y abrazos de los que ya se fueron.
Verte por fin tocar la guitarra,
cosa que nunca pude hacer
Y escuchar más de tus batallitas

Verte feliz,
como siempre estabas.
Nunca necesitaste mucho para sonreír,
cómo era aquello? Sin dinero y bien pagado.
No se necesitaba nada más que verte cuando la familia se juntaba a tu alrededor
en aquella cena, cada año.

Parecía como si las puertas de la entrada no sólo nos protegieran del frío,
también de los problemas que acechaban en las calles.
Simplemente no iban contigo.
Todo lo que necesitabas estaba dentro de aquella casa
y sonaba a felicidad.

Y sigo fumando
Pero el humo de cada calada no es más que eso
Humo al fin y al cabo, que sale y desaparece

Pero yo siempre sigo

Y qué es de aquello de cómo vas de capital, artista
Ya nadie me llama así,
es algo que quedó conmigo
Tu herencia, podríamos llamarlo
Porque los buenos recuerdos siempre deben permanecer
De eso se trata, de hacer eterno lo que ya pasó

Y tú permaneciste en mí de ese modo
Con esa palabra,
creo que no podrías haberlo hecho mejor

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